domingo, 21 de diciembre de 2008

la verdad, sobre los transplantes de organos

no estoy en contra de los trasplantes de órganos humanos, sino que estoy en contra de la ablación de órganos cuando el donante se encuentra con "muerte cerebral", pues en este caso la persona está con vida, a la que se le extraen los órganos a corazón latiente adelantando la muerte de la misma, o sea considerándolo no sólo como una persona que va a morir sino como un condenado a muerte, al que anticipan su pronóstico final para extraerle los órganos. La condición necesaria para que los órganos principales sean de utilidad, es que la persona a quien se le extraen los órganos se encuentre con muerte cerebral, y todo el organismo continúe con vida aún sostenida por medios mecánicos, que en algunos ha perdurado muchos meses. Esta situación, debería informarse a la población, la que supone que cuando se habla de donación para después de la muerte, el cadáver es aquel en el cual cesaron todas las funciones vitales y no aquel otro que se le extraen los órganos a corazón latiente. Si a un potencial donante, hombre, con MUERTE CEREBRAL, se le extrae semen y se implanta en una mujer, ésta puede quedar embarazada. Y si el potencial donante es mujer y está embarazada, puede ser alimentada y mantenida biológicamente durante toda la gestación hasta dar a luz normalmente. ... la denominada muerte cerebral, la persona es determinada muerta y tratada como viva, pero el corazón está todavía latiendo, existe presión sanguínea y al golpear la rodilla ésta se sacude; el color es normal, pero cuando se presiona sobre la piel, ésta se emblanquece y el color retornará al quitar la presión. Un drenaje de succión y de postura se realiza para prevenir la neumonía. El paciente es dado vuelta para prevenir las escaras.
en Inglaterra y otros países, SON ANESTESIADOS PARA QUE NO SIENTAN DOLOR CUANDO LE EXTRAEN LOS ÓRGANOS y finalmente MUEREN POR ABLACIÓN DE SUS ÓRGANOS O DE PARO CARDIORESPIRATORIO. ¿Cuál es el criterio moral, ético y jurídico que se sigue para determinar que la vida del receptor de los órganos merece mayor y mejor amparo que el donante?
El Papa Juan Pablo II instó a defender la vida en cualquier fase de su existencia desde la concepción hasta la muerte natural. Con la ablación de los órganos, cuando la persona (donante) se encuentra con muerte cerebral, se altera el NATURAL desprendimiento del alma o ser esencial de su cuerpo físico, que se produce a raíz de la muerte de todas las células.
Por lo tanto el ser (donante) como alma debe sufrir intensamente cuando le ablacionan sus órganos y es probable que siga al o a los órganos que están impregnados de su fluido vital en el cuerpo del receptor. El hombre es algo más que su cuerpo, es un alma con cuerpo y en este caso particular de los trasplantados se producen hechos que escapan a la ciencia del plano físico. Estos pertenecen al plano espiritual que la realidad demuestra y se verifican a través de las observaciones realizadas por los profesionales médicos. El hombre es algo más que su cuerpo, el hombre es un alma o espíritu con un cuerpo físico; este último es la envoltura del alma e instrumento de trabajo para su progreso. Con la ablación de los órganos, cuando la persona (donante) se encuentra con muerte cerebral, se altera el NATURAL desprendimiento del alma o espíritu del cuerpo físico del donante, que se produce a raíz de la muerte de todas las células. Otra preocupación lo constituye la adquisición de nuevos sentimientos religiosos y creencias, que sean tal vez totalmente opuestas a las convicciones que ellos mantuvieron durante toda la vida. no se está en contra de los trasplantes de órganos, ni de las personas que lo necesitan para prolongar o mejorar su calidad de vida, pero se pregunta: ¿cuál es el criterio moral que se sigue para determinar que una vida vale más que otra, tanto la del donante agónico, como la del receptor tal vez también agónico?. la vida es valiosa, aunque sea precaria y debe ser respetada hasta la muerte natural, que significa la cesación definitiva de las funciones vitales orgánicas. Las investigaciones realizadas demuestran que para la obra de bien que se quiere realizar, se puede también causar mucho daño. Recordamos lo que sostenía el filósofo griego Sócrates (400 a.C.) es PORQUE SE TOMA EL CUERPO SIN EL ALMA. El hombre es algo más que su cuerpo, es un alma con cuerpo y en este caso particular de los trasplantados se producen hechos que escapan a la ciencia del plano físico. Estos pertenecen al plano espiritual que la realidad demuestra y se verifican a través de las observaciones realizadas por los profesionales médicos. En la Provincia de Buenos Aires – Argentina, la aplicación de la Ley Nacional 24.193, Art. 23 de Trasplantes de Órganos y Material Anatómico Humano que establece los signos de muerte cerebral como muerte de la persona, viola el derecho a la vida de la Constitución Provincial, Art. 12, establecido "desde la concepción hasta la muerte natural", además del Art. 103 del Código Civil. La muerte cerebral ha sido cuestionada internacionalmente, entre los cuales podemos citar: El grave problema que se presenta en el caso de la donación de órganos está relacionado con la condición del donante que, con el fin de obtener los órganos en condiciones de utilidad para el implante, requiere que el paciente esté vivo, por lo que se ha instaurado la condición de "muerte cerebral", declarando un status de muerto al que realmente no lo está y que, finalmente, alcanza la muerte a causa de la extracción de los órganos que le son vitales para sostenerla. Esto constituye nada menos que un asesinato". Procurar la muerte de un ser humano en forma anticipada en cualquier fase de su existencia, desde la concepción hasta la muerte natural, constituye un homicidio.
Siendo el cuerpo la envoltura del alma e instrumento temporal de progreso, defender el derecho a la vida del hombre (alma con cuerpo físico) es un deber ineludible que nos compete a todos los seres humanos. En estas consideraciones quedan comprendidas, entre otras: la ablación de órganos para trasplantes con muerte cerebral, la práctica de eutanasia, el aborto (químico, mecánico, quirúrgico), la manipulación genética, sea clonación de embriones con fines terapéuticos o reproductivos, de cuya selección se determina quien debe vivir o morir, etc.
El hombre lleva la ineludible responsabilidad de sus actos y pensamientos, por los que deberá dar rigurosa cuenta y compensar su erróneo proceder, sea en la presente existencia, en el mundo esencial o espiritual cuando deje su cuerpo físico, o bien en una nueva existencia corporal.

1 comentario:

Cesar Augusto Garcia Obando dijo...

María Marta, querida amiga.
La exposición del tema, es la gran problemática que hoy esta sociedad vive. Tu lo expones de manera clara. El asunto es que los que leemos tu artículo , podamos difundirlo más, y convertirlo en una protesta mundial. Porque es justicia que esperamos alcanzar.
Un fuerte abrazo, y un mar de besos.
CEAGAROB.